La geometría sagrada: un lenguaje universal

La geometría sagrada es un conjunto de formas y patrones geométricos que se encuentran en la naturaleza, en el diseño de estructuras sagradas y en diversas expresiones artíticas y culturales alrededor del mundo. A estas formas se les atribuyen significados simbólicos y espirituales profundos, que han sido interpretados y utilizados por diversas civilizaciones a lo largo de la historia para comprender el universo, la creación y la conexón entre el mundo fí­sico y el espiritual.

Orí­genes:

Los orígenes de la geometría sagrada se remontan a las primeras civilizaciones conocidas, como los antiguos egipcios, mesopotámicos, griegos y chinos. En estas culturas, la geometrí­a se consideraba una forma de conocimiento sagrado, utilizada para diseñar templos, pirámides y otras estructuras importantes. También se utilizaba en el arte, la religión y la astronomí­a.

Significado:

Las formas geométricas sagradas se asocian con diferentes significados simbólicos, que varían según la cultura y el contexto. Algunos de los sí­mbolos más comunes incluyen:

El círculo: Representa la totalidad, la unidad, lo infinito, lo divino y la creación.

El cuadrado: Simboliza la estabilidad, el orden, la tierra y lo material.

El triángulo: Representa la trinidad, la creatividad, la masculinidad y la espiritualidad.

La espiral: Simboliza el crecimiento, la evolución, el ciclo de la vida y la energía cósmica.

El pentágono: Representa los cinco elementos (tierra, aire, fuego, agua y espí­ritu), la armoní­a y la protección.

La flor de la vida: Es un patrón complejo que se compone de múltiples círculos entrelazados, y se asocia con la creación, la unidad y la conciencia universal.

Aplicaciones:

La geometrí­a sagrada ha tenido una amplia gama de aplicaciones a lo largo de la historia, incluyendo:

Arquitectura: Se utilizaba para diseñar templos, pirámides y otras estructuras sagradas, con el fin de crear espacios armónicos y resonantes con la energí­a universal.

Arte: Se utilizaba en pinturas, esculturas, mosaicos y otras obras de arte para expresar ideas espirituales y simbólicas.

Religión: Se utilizaba en rituales y ceremonias para conectar con lo divino y acceder a estados superiores de conciencia.

Sanación: Se utiliza en terapias alternativas como la acupuntura, el Reiki y la meditación para promover el bienestar fí­sico, emocional y espiritual.

La geometrí­a sagrada es un lenguaje universal que ha sido utilizado por diversas culturas a lo largo de la historia para comprender el universo, la creación y la conexión entre el mundo fí­sico y el espiritual. Sus formas y patrones geométricos siguen teniendo un profundo significado simbólico y espiritual para muchas personas en la actualidad, y se siguen utilizando en diversas aplicaciones, como el arte, la arquitectura, la religión y la sanación.


La obra que inició el arte moderno.

«Las señoritas de Avignon» es una obra maestra revolucionaria de Pablo Picasso que marcó un punto de inflexión en la historia del arte. Es una obra cuya importancia trasciende el ámbito artístico para convertirse en un hito cultural. Para entender por qué marcó un antes y un después en la historia del arte, es crucial explorar sus antecedentes de inspiración y los nuevos caminos en el Arte que provocó:

Antecedentes de inspiración:

  1. Arte africano y oceánico: Picasso y otros artistas de la época estaban fascinados por el arte africano y oceánico, que había comenzado a llegar a Europa a finales del siglo XIX. Estas formas de arte presentaban una estética radicalmente diferente a la europea, con una simplificación de formas y una expresividad que desafiaba las convenciones occidentales. Picasso incorporó elementos de estas tradiciones en «Las señoritas de Avignon», como se puede ver en las máscaras africanas que influyeron en las caras geométricas y estilizadas de las figuras.
  2. Influencia de artistas contemporáneos: Además de las influencias de culturas no occidentales, Picasso también se vio influenciado por otros artistas de su tiempo, como Paul Cézanne y Georges Braque. Cézanne había comenzado a descomponer las formas en sus pinturas, cuestionando la representación tradicional del espacio y la forma. Esta influencia se puede observar en la manera en que Picasso fragmenta y descompone las figuras en «Las señoritas de Avignon». Por otro lado, la colaboración de Picasso con Braque en el desarrollo del cubismo también influyó en esta obra, sentando las bases para un nuevo enfoque en la representación pictórica.

Rompiendo con la perspectiva tradicional:

Picasso desafió las convenciones de la representación pictórica al abandonar la perspectiva lineal y la representación realista. En lugar de ello, presentó figuras geométricas y distorsionadas que desafiaban las normas de belleza y proporción establecidas.


Las Señoritas de Avignon, 1907. Pablo Picasso. Óleo sobre lienzo, 244 x 234 cm.  Museo de Arte Moderno, Nueva York

Las Señoritas de Avignon: Una obra con cientos de bosquejos preliminares

Seis meses antes de pintar la pieza, Picasso comenzó a producir cientos de bocetos preparatorios. Mientras que la pintura final se presenta en óleo, muchos de estos estudios se completan en una variedad de medios, incluyendo lápiz y acuarela. Los estudios para Las Señoritas de Avignon demuestran la evolución del concepto y muestran los cambios realizados por el artista durante el proceso de planificación. Picasso trabajó en Las Señoritas de Avignon como nunca antes había trabajado en ninguna pintura. Un historiador del arte incluso ha afirmado que los cientos de pinturas y dibujos producidos durante sus seis meses de gestación constituyen «una cantidad de trabajo preparatorio único, para una sola imagen, no solo en la carrera de Picasso, sino en toda la historia del arte».

Abriendo caminos:

  1. Cubismo: «Las señoritas de Avignon» es considerada una de las primeras obras del cubismo, un movimiento que revolucionó la forma en que se representaba la realidad en el arte. El cubismo buscaba mostrar la multiplicidad de perspectivas y la fragmentación de la realidad, rompiendo con la idea de una sola visión coherente. Esta obra de Picasso anticipa el cubismo al presentar figuras descompuestas y formas geométricas, sentando las bases para el desarrollo posterior de este movimiento.
  2. Abstracción y distorsión de formas: Picasso desafió las convenciones de representación pictórica al distorsionar y descomponer las formas en «Las señoritas de Avignon». Esta ruptura con la representación realista abrió nuevos caminos hacia la abstracción en el arte, donde los artistas exploraron la representación de formas no figurativas y la expresión de conceptos abstractos.
  3. Exploración de la sexualidad y la identidad: La representación de figuras femeninas desnudas en «Las señoritas de Avignon» desafió las normas sociales y culturales de la época, abriendo un camino hacia la exploración de la sexualidad y la identidad en el arte. Esta obra provocó controversia al cuestionar los tabúes en torno a la representación del cuerpo y la sexualidad en el arte, abriendo nuevas posibilidades de expresión para artistas posteriores.
  4. Influencia en el arte moderno: Esta pintura ejerció una influencia duradera en el arte moderno, inspirando a generaciones posteriores de artistas a explorar nuevas formas de representación y expresión. Su impacto se puede ver en movimientos artísticos posteriores como el surrealismo, el expresionismo abstracto y el arte contemporáneo.


El París de 1907, cuando Pablo Picasso creó «Las señoritas de Avignon», era un centro cultural y artístico vibrante, pero también estaba marcado por importantes cambios históricos, sociales y económicos:

Contexto histórico:

  1. Inicio del siglo XX: París estaba experimentando la transición de la Belle Époque al período de entreguerras. Este período se caracterizó por avances significativos en la ciencia, la tecnología y la industria, así como por cambios políticos y sociales profundos.
  2. Precedentes de la Belle Époque: La Belle Époque, que abarcó aproximadamente desde finales del siglo XIX hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, fue una época de relativa estabilidad y prosperidad en Francia. Sin embargo, también estuvo marcada por tensiones sociales y políticas, así como por la agitación cultural y artística.

Contexto social:

  1. Explosión demográfica: París experimentó un rápido crecimiento demográfico durante este período, atrayendo a artistas, intelectuales y trabajadores de diversas partes del mundo. Esto contribuyó a la diversidad y la efervescencia cultural de la ciudad.
  2. Bohemia artística: Montmartre y Montparnasse se convirtieron en enclaves para artistas, escritores y músicos que buscaban libertad creativa y un estilo de vida bohemio. Estos barrios eran conocidos por sus cafés, cabarés y estudios de artistas, donde se gestaban nuevas ideas y movimientos artísticos.
Picasso en el local Lapin Agile. En su época de mayor esplendor, bajo la dirección del músico, pintor, poeta y animador Frédéric Gérard (conocido como Père Frédé)
Pablo Picasso en su estudio.
Interior del estudio de Picasso en Bateau-Lavoir

Contexto económico:

  1. Auge industrial: Francia experimentaba un período de crecimiento económico impulsado por la industrialización y la expansión de sectores como la minería, la metalurgia y la manufactura. Este crecimiento económico contribuyó a la atracción de inmigrantes y al desarrollo de la ciudad.
  2. Mercado del arte: París se consolidaba como el epicentro del mercado del arte, con galerías, subastas y ferias que atraían a coleccionistas y mecenas de todo el mundo. Este contexto fomentaba la experimentación artística y la búsqueda de nuevas formas de expresión.
Construcción de la Torre Eiffel

En este contexto histórico, social y económico, Picasso creó «Las señoritas de Avignon» como una respuesta a los desafíos y las oportunidades de su tiempo. La obra refleja la diversidad y la complejidad de la vida urbana en París, así como las tensiones entre la tradición y la innovación, estableciendo así las bases para una nueva era en la historia del arte.

«Las señoritas de Avignon» de Picasso marcó un antes y un después en la historia del arte al desafiar las convenciones establecidas, abrir nuevos caminos en la representación pictórica y sentar las bases para movimientos artísticos posteriores. Su audacia y originalidad continúan inspirando a artistas y espectadores hasta el día de hoy.

Explorando las Teorías de Kandinsky: «Punto y Línea sobre Plano»

Wassily Kandinsky, pionero del arte abstracto, dejó un legado duradero no solo en su obra pictórica, sino también en sus escritos teóricos. Su libro de 1926, «Punto y Línea sobre Plano», es una obra seminal que explora las interconexiones entre formas geométricas básicas, colores y la experiencia emocional del espectador. Ésta es una breve aproximación a los postulados teóricos que Kandinsky plantea en esta obra.

El Punto y la Línea: Fundamentos de la Forma

Kandinsky comienza su exploración abordando el concepto del punto y la línea como elementos fundamentales en la creación artística. Para él, el punto representa la unidad mínima, una entidad concentrada que puede ser la semilla de toda creación visual. Es el resultado del «choque» de un instrumento sobre una superficie. El punto está en reposo hasta que una «fuerza» incide en él, al moverse, surge la línea. La línea, por otro lado, es una extensión del punto que puede viajar libremente a través del espacio, definiendo direcciones y creando formas más complejas. Si el punto se mueve en una sola dirección hace surgir la línea recta, pero si dos puntos chocan desde diferentes direcciones generan líneas quebradas o angulares.

De la línea recta, fruto de una sola fuerza con una dirección determinada, nacen tres formas geométricas básicas:

• El triángulo: resultado del impacto de tres fuerzas con la misma magnitud e intensidad y desde un ángulo de 45 grados.

• El cuadrado: resultado del impacto de cuatro fuerzas con la misma magnitud e intensidad y desde un ángulo de 90 grados.

• Y el círculo: quizás la idea teórica más interesante que, según Kandinsky, es el resultado de una fuerza inicial que origina una primera instancia de línea que es inmediatamente corregida por una cantidad infinita de fuerzas, de la misma intensidad y magnitud de ángulos obtusos (135 grados) que inciden con frecuencia muy alta sobre el recorrido de la línea de manera constante provocando que la linea se curve de manera perfecta.

Otros resultados gráficos que se derivan de este planteamiento, son las líneas quebradas de ángulos rectos, resultado de la incidencia de varias fuerzas y que no tienen porque ser de la misma intensidad y magnitud, ni mismo ángulo; y las líneas quebradas mixtas, es decir, las constituidas aleatoriamente por ángulos rectos y curvas, todos ellos con diferentes intensidades, magnitudes y ángulos.

La curva ondulada geométricamente. Hay dos tipos de curva: la ondulada geométricamente en las que los radios y las presiones positivas y negativas son iguales… y la ondulada libremente, en las que desaparece el aspecto geométrico y los radios y las presiones negativas-positivas están “al libre albedrío” La anchura de las líneas es importante, porque aumenta su sonoridad.

La Influencia del Color: Emoción y Vibración

Kandinsky creía que los colores tienen una influencia directa en las emociones y sensaciones del espectador. Asocia cada color con un estado de ánimo o un concepto espiritual, creando así un lenguaje visual rico y complejo. Para él, los colores no son simplemente entidades visuales, sino portadores de significado y expresión emocional.

Las líneas quebradas se pueden esquematizar en tres grupos: líneas quebradas con ángulo agudo (45º), líneas quebradas con ángulo recto (90º) y líneas quebradas con ángulo obtuso (135º). Estos ángulos son la transición necesaria antes de llegar a las formas básicas: el ángulo agudo se resuelve en triángulo, el ángulo recto en cuadrado y el ángulo obtuso en círculo.

Y es en este punto donde Kandinsky sugiere la relación entre ángulos y colores y, por extensión, entre formas básicas y colores: el ángulo agudo está más cerca del máximo de calor y tiene por tanto coloración amarilla; el ángulo obtuso está más cerca del máximo de frío y tiene entonces color azul; entre estos dos extremos se encuentran el ángulo recto y el color rojo.

Sinestesia: La Fusión de los Sentidos

Una de las ideas más fascinantes que Kandinsky explora es la sinestesia, la idea de que los estímulos de un sentido pueden provocar experiencias en otro sentido. Para él, el arte abstracto tiene el poder de evocar sensaciones similares a la música, donde la combinación de formas y colores puede desencadenar respuestas emocionales profundas en el espectador.

Abstracción: Más Allá de la Representación

Por encima de todo, Kandinsky aboga por la liberación del arte de la representación figurativa, permitiendo la expresión pura de formas y colores. Él ve en el arte abstracto la oportunidad de una comunicación más directa y universal, donde la mente del espectador es libre para interpretar y encontrar su propio significado en la obra.

La Belleza de la Abstracción

En «Punto y Línea sobre Plano», Kandinsky ofrece una visión profunda y emocionante del arte abstracto, revelando la magia y la complejidad detrás de formas y colores aparentemente simples. A través de sus teorías, invita a contemplar el mundo de una manera nueva, a través de los ojos del artista y del espectador, donde la expresión pura y la emoción se entrelazan en un baile vibrante de creatividad.


Cuando Vassily se encontró con Joan…

Llamativa y profunda es la relación entre la visión de Miró y la de otro genio capaz de plasmar poesía sobre el lienzo: Vassily Kandinsky.

Es indudable que Miró estaba muy lejos de la abstracción lírica del pintor ruso. Su cosmogonía era telúrica, firmemente aferrada a la tierra.

Pero los paralelismos entre ambos son poderosos: Miró había quedado fascinado al descubrir la obra de Kandinsky en los años veinte. Escribiría Miró: «Recuerdo sus pequeñas exposiciones en la Galerie Zack y en la Galerie Jeanne Bucher, en el boulevard de Montparnasse. Sus gouaches me llegaban al fondo del corazón, se podía, al fin, escuchar música al mismo tiempo y leer un bello poema. Eso era algo mucho más ambicioso y profundo que el frío cálculo de Sectión d’Or» [el colectivo asociado al cubismo y el orfismo]

Se conocieron y entablaron gran amistad cuando el pintor ruso se mudó a Francia en 1933. De nuevo Miró: «Tuve el honor de tratar a Kandinsky desde que salió de la Alemania nazi para instalarse en París. En aquellos momentos todos los maestros se negaban educadamente a aceptarle, los críticos le tildaban de profesor de escuela y ponían la etiqueta de trabajos de ganchillo a sus cuadros.
Este Gran Príncipe del espíritu, este Gran Señor, vivía muy aislado, sólo veía a muy pocas personas, que le eran totalmente fieles.
André Breton nos hablaba de él como de alguien que había ido más allá de la pintura y que nos aportaba la inspiración de Oriente«.

También establecieron una estrecha relación sus respectivas esposas: Pilar Juncosa y Nina Andreevskaya. Se creó un poderoso vínculo personal: fueron juntos de vacaciones, Nina y Vasily estuvieron en Mont-roig en 1935, expusieron juntos en varias ocasiones e intercambiaron pinturas.

Finalmente, se sabe que Kandinsky visitó a la familia Miró en su refugio de Varengeville al menos una vez.

La admiración mutua era enorme, casi mística ¿Cómo no iban a influenciarse el uno al otro?

Los universos de formas orgánicas, la afinidad de sus formas y colores, la expresión del mundo interior del artista y de su visión imaginaria…

Kandinsky nunca buscó la abstracción pura, carente de referencias del mundo real: siempre hay una realidad mental o natural detrás de sus obras abstracta. Ciertamente, la visión final de Vasily es abstracta y la de Miró simbólica.

Pero ambos desarrollan un universo de ingravidez, un espacio sin horizonte en que las figuras se revelan en todas direcciones, con el dinamismo de una coreografía y la vehemencia del color puro.

Mientras Kandinsky desarrolla una obra que se aproxima a la música, las Constelaciones de Miró se acercan a la danza.
Una danza cósmica, en que el universo entero constituye una unidad, con el impacto emocional del color.

Fuente: Galerías de Arte Barcelona. Autor: Edi Kastas


Kandinsky y Miró: Una amistad artística

En la vibrante escena artística del siglo XX, las relaciones entre artistas a menudo han sido fuentes de inspiración y desarrollo creativo. Uno de los encuentros más significativos fue el de Vassily Kandinsky y Joan Miró, dos gigantes del arte moderno cuyas obras revolucionaron la manera en que entendemos el arte abstracto y surrealista.

La amistad entre Kandinsky y Miró no solo se basó en un profundo respeto mutuo, sino que también se convirtió en un terreno fértil para la exploración artística y la influencia creativa. Aunque provenientes de diferentes contextos culturales y estilísticos, encontraron puntos de convergencia en sus visiones artísticas y en su búsqueda de la expresión emocional y espiritual a través del arte.

Una de las influencias más evidentes fue el intercambio de ideas sobre la abstracción. Kandinsky, conocido como el padre del arte abstracto, compartió con Miró su fascinación por liberar al arte de las limitaciones de la representación figurativa. Esta influencia se refleja en la obra de Miró, quien experimentó con formas abstractas y símbolos surrealistas, dando lugar a un lenguaje visual único que exploraba lo irracional y lo intuitivo.

Del mismo modo, Miró influyó en Kandinsky con su enfoque surrealista y su uso innovador del color y la forma. Aunque Kandinsky se centraba principalmente en la abstracción geométrica, la obra de Miró despertó en él una nueva apreciación por la libertad creativa y la experimentación visual. Esta influencia se puede observar en algunas de las obras tardías de Kandinsky, donde se percibe una mayor fluidez y espontaneidad en las formas y los colores.

Centro acompañado. 1937. Vassily Kandinsky
Formas caprichosas, 1937. Vassily Kandinsky
Serenidad, 1938. Vassily Kandinsky
Cielo azul, 1940. Vassily Kandinsky
Moderation. 1940. Vassily Kandinsky
Sans Titre, 1940. Vassily Kandisnky
Alrededor del círculo, 1940. Vassily Kandisnsky
Acciones variadas, 1941. Vassily Kandinsky
Balanced, 1942. Vassily Kandisnsky
Ribbon with squares, 1944. Vassily Kandisnsky

Además de las influencias estilísticas, la amistad entre Kandinsky y Miró también fue una fuente de apoyo emocional y creativo. Se escribían cartas regularmente, compartiendo ideas, reflexiones y proyectos artísticos. Esta conexión personal ayudó a alimentar la creatividad de ambos artistas, brindándoles un sentido de comunidad en un mundo artístico en constante cambio.

En última instancia, la relación entre Vassily Kandinsky y Joan Miró fue mucho más que una simple amistad; fue un diálogo creativo que enriqueció las trayectorias artísticas de ambos artistas y dejó una marca indeleble en la historia del arte moderno. A través de su colaboración informal y su intercambio de ideas, Kandinsky y Miró trascendieron las barreras del tiempo y el espacio, creando un legado artístico que continúa inspirando a generaciones de artistas en todo el mundo.


Cómo calcular fácilmente la proporción áurea de un segmento.


La proporción áurea, también conocida como la divina proporción, el número de oro o la razón áurea, es una relación matemática especial que ha fascinado a matemáticos, artistas, arquitectos y filósofos durante siglos. Aunque no hay un inventor específico de la proporción áurea, ha sido reconocida y utilizada desde tiempos antiguos.

El interés por esta proporción se remonta a la antigua Grecia, donde se atribuye a los pitagóricos la exploración de sus propiedades matemáticas y geométricas. Sin embargo, su nombre «proporción áurea» proviene de la asociación con el número áureo (el número de oro), un término que fue utilizado por primera vez en el siglo XIX por el matemático alemán Martin Ohm.

La propoción áurea es una relación matemática especial que se encuentra en muchos aspectos de la naturaleza, el arte y la arquitectura. Se representa mediante la letra griega phi (φ) y tiene un valor aproximado de 1.618033988749895. Es un número irracional y tiende al infinito.

La relación de la proporción áurea se puede resolver mediante varios métodos como en la siguiente ecuación:

La proporción áurea se define de la siguiente manera: si un segmento se divide en dos partes de manera que la relación entre la longitud del segmento completo (a) y la longitud de la parte más larga (b) sea igual a la relación entre la parte más larga (b) y la parte más corta (c), entonces se dice que es una proporción áurea.


Existe un método muy sencillo de resolver la proporción áurea de un segmento dado.

Supongamos que la longitud total de nuestro segmento es 100. Llamaremos a este segmento (a). Y queremos dividirlo en dos segmentos (b) y (c) según la proporción áurea.

Sólo tenemos que dividir a=100 por el número de oro 1,618, cuyo resultado es igual a 61,80. Esta es la medida de uno de los segmentos, supongamos (b). Ahora sólo nos queda restar la medida (b) = 61,80 de la medida (a) =100.

100(a) – 61,80(b) = 38,2 sería la medida (c)

Así, obtendríamos que un segmento (a) de longitud total = 100 si se divide en dos segmentos que midan (b) = 61,80 y (c) = 38,2 cumplirá con la proporción áurea o la regla de oro.


La proporción áurea puede encontrarse en diversas formas en la naturaleza, como en la disposición de las hojas en una planta, la estructura de los caparazones de ciertos moluscos, la forma de las galaxias, etc. También ha sido ampliamente utilizada en el arte y la arquitectura a lo largo de la historia.

Algunos ejemplos prácticos de su aplicación incluyen:

  1. Arquitectura: Muchas obras arquitectónicas famosas han utilizado la proporción áurea en su diseño. Por ejemplo, la Gran Pirámide de Giza en Egipto se cree que tiene ciertas proporciones que se relacionan con el número de oro.
  2. Arte: Artistas como Leonardo da Vinci y Salvador Dalí han utilizado la proporción áurea en sus obras. Por ejemplo, la Mona Lisa de da Vinci y La Última Cena son ejemplos de obras que se dice que siguen los principios de la proporción áurea.
  3. Fotografía y Diseño Gráfico: Los fotógrafos y diseñadores gráficos a menudo utilizan la proporción áurea para componer imágenes de manera más estéticamente agradable. La regla de los tercios en fotografía es una aplicación común de esta proporción.
  4. Música: Algunos compositores han utilizado la proporción áurea en la estructura de sus obras musicales, tanto en la composición de piezas individuales como en la organización de álbumes completos.

La proporción áurea es una relación matemática especial que se encuentra en muchos aspectos de la naturaleza, el arte y el diseño. Su aplicación puede generar composiciones visualmente atractivas y armoniosas.

Antoni Gaudí (II): Maestro del Modernismo y Arquitecto Visionario

En el tapiz vibrante del modernismo catalán, ningún nombre brilla con tanta intensidad como el de Antoni Gaudí. Este genio arquitectónico, nacido en Reus, Cataluña, en 1852, dejó un legado incomparable que fusiona la arquitectura con la naturaleza, la espiritualidad y la innovación técnica. Su obra emblemática, como la Sagrada Familia y el Parque Güell, ha dejado una marca indeleble en la historia de la arquitectura y ha inspirado a generaciones de artistas y arquitectos.

La Finca Güell: La casa del Dragón

La primera obra que Gaudí hizo para el que fue su mecenas y amigo. Con ella comenzaría una intensa y fructífera relación profesional. Güell poseía varias fincas en Barcelona, en lo que hoy se conoce como Zona Universitaria, y encargó a Gaudí el diseño del muro y de las puertas de acceso a la propiedad. También le pediría la construcción de las caballerizas y otros pequeños edificios en los que Gaudí emplearía, por primera vez, azulejos troceados o lo que ha llegado a ser mundialmente conocido como «el trencadís», procedente del catalán «trencar», que en castellano significa romper.

Lo más relevante en este conjunto es la verja de hierro: una obra monumental y un gran trabajo artesanal, en la que Gaudí combinó todas las técnicas de trabajo del hierro. Hoy en día la mayor reliquia de este espacio es el dragón.Gaudí reproduce la leyenda de Ladón, el dragón que protege la entrada al jardín de las Hespérides, recordando a Verdaguer y a su obra «L´Atlàntida».


Palau Güell: La belleza austera

El Palau Güell de Barcelona fue el primer encargo realizado por Eusebi Güell a Antoni Gaudí en 1885. Se trata de un palacio urbano con todo tipo de lujos pero a su vez situado en uno de los barrios más populares, y a su vez más degradados, de la Barcelona de la época: el barrio del Raval.

El Palau Güell se empezó a construir en 1885 y se terminó en 1890. Se trata de un edificio sorprendente en cuanto al contraste que supone con sus obras anteriores. Con un exterior aparentemente sobrio y casi carente de decoración, sorprende el opulento interior. Las estancias se distribuyen en torno a un vestíbulo central que funciona como si de un patio interior se tratase y que actúa como fuente de luz.


Casa Calvet: Formas barrocas y mobiliario de vanguardia

En 1897 Gaudí recibió el encargo de construir un inmueble para los herederos del industrial algodonero Pere Màrtir Calvet. La familia adquirió un solar en la Calle Casp de Barcelona, en el que Gaudí llevaría a cabo su obra más conservadora. En Casa Calvet, de estructura sencilla, Gaudí abandona sus anteriores inspiraciones: los recursos árabes, orientales,…y se entrega a las influencias del estilo barroco. Casa Calvet, que sobresale por la originalidad de los volúmenes de la fachada posterior, las formas orgánicas de los muebles que para ella diseñó Gaudí y el lujo de las estancias interiores, destacando el vestíbulo y la escalera, fue designada por el Ayuntamiento de Barcelona como mejor edificio del año 1900.

La famosa silla «Calvet»
Espejo diseñado por Antoni Gaudí para la Casa Calvet

Legado y Reconocimiento

Aunque Gaudí murió trágicamente atropellado por un tranvía en 1926, su legado perdura en las calles de Barcelona y más allá. La Sagrada Familia sigue siendo un imán para millones de visitantes cada año, y sus otras obras, como la Casa Batlló y la Casa Milà, también son destinos turísticos populares. En 1984, varios de sus edificios fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en reconocimiento a su significado cultural y artístico.

Antoni Gaudí fue mucho más que un arquitecto visionario; fue un poeta de la piedra y el hormigón, un alquimista que transformó la materia en belleza y un profeta cuya obra sigue inspirando asombro y admiración en todo el mundo. Su legado perdura como un faro de creatividad, innovación y espiritualidad en un mundo en constante cambio, recordándonos la capacidad del arte para elevar el alma y trascender los límites de lo posible.

Caminante no hay camino

Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse…
Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”
Golpe a golpe, verso a verso…

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”
Golpe a golpe, verso a verso…

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”
Golpe a golpe, verso a verso.

Antonio Machado



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Mi vecino vive en otro planeta

A pesar de vivir en la misma área geográfica, las personas y las unidades familiares experimentan realidades socioeconómicas, familiares y vitales que pueden ser radicalmente diferentes. Esta divergencia de realidades a menudo dificulta la creación de una percepción de la realidad compartida y plantea el desafío de encontrar puntos en común.

Es innegable que vivimos en un mundo caracterizado por la diversidad en todas sus formas. La diversidad económica, la diversidad familiar, la diversidad cultural y la diversidad en valores y aspiraciones son solo algunas de las muchas facetas que contribuyen a la construcción de realidades individuales. Por lo tanto, no es sorprendente que dos vecinos que vive uno al lado de otro puedan experimentar el mundo de manera completamente diferente. Esto se debe a una serie de factores que influyen en nuestras vidas desde el momento en que nacemos, como la situación económica de nuestras familias, nuestra educación, nuestras creencias culturales y religiosas, y nuestras experiencias personales.

En lo que respecta a la realidad socioeconómica, los vecinos pueden encontrarse en extremos opuestos del espectro. Mientras uno puede gozar de una vida de comodidades y prosperidad económica, el vecino de al lado puede luchar diariamente para cubrir las necesidades básicas de su familia. Estas disparidades económicas afectan no solo la calidad de vida, sino también la percepción de la realidad.  Las preocupaciones, los desafíos y las prioridades difieren ampliamente entre aquellos que viven en la opulencia y aquellos que experimentan la escasez.

En el ámbito familiar, la diversidad es igualmente evidente. Las unidades familiares pueden variar desde hogares con relaciones sólidas y apoyo mutuo hasta situaciones de conflicto y tensión constante. Los antecedentes familiares, las dinámicas y las experiencias pasadas influyen en la forma en que las personas perciben la vida y las relaciones, y esto puede ser motivo de desacuerdo o falta de comprensión entre vecinos.

La diversidad cultural y de valores también desempeña un papel fundamental en la percepción de la realidad. En un vecindario multicultural, es común que las personas tengan creencias, tradiciones y valores muy diferentes. Esto puede llevar a diferentes perspectivas sobre temas fundamentales, como la moral, la religión, la política y la justicia. Las diferencias culturales pueden, a veces, llevar a malentendidos y desacuerdos.

Entonces, ¿qué motiva a las personas a encontrar puntos en común a pesar de estas diferencias aparentemente insuperables? La respuesta radica en nuestra capacidad para la empatía, el diálogo y la búsqueda de objetivos compartidos. A pesar de las disparidades, las personas tienen un deseo fundamental de comprenderse mutuamente y vivir en una sociedad armoniosa. Si se deja aparte el cinismo, el derrotismo y el fatalismo, para lograrlo, es esencial:

La empatía:

La capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender sus perspectivas y experiencias es crucial para construir puentes entre vecinos con realidades diferentes. La empatía fomenta la comprensión y la tolerancia.

• El diálogo abierto y respetuoso:

El diálogo constructivo es esencial para encontrar puntos en común. A través de conversaciones abiertas y respetuosas, las personas pueden explorar diferencias y similitudes, y trabajar juntas para resolver problemas y tomar decisiones compartidas.

• Objetivos comunes:

A pesar de las diferencias, la mayoría de las personas comparten objetivos comunes, como la seguridad, el bienestar y la felicidad. Identificar y trabajar hacia estos objetivos compartidos puede ayudar a unir a vecinos en realidades divergentes.

• Educación y conciencia:

Promover la educación y la conciencia sobre las diferentes realidades que existen en una comunidad puede ayudar a superar estereotipos y prejuicios. Esto puede abrir la puerta a una mayor comprensión y colaboración.

La idea de que “mi vecino vive en otro planeta” destaca la complejidad de la vida en sociedad. A pesar de las diferencias significativas en las experiencias de las personas, la empatía, el diálogo y la identificación de objetivos comunes pueden servir como puentes para unir a vecinos que, a primera vista, pueden parecer ajenos entre sí. Comprender y respetar las diversas realidades individuales en una comunidad es fundamental para forjar una percepción compartida de la realidad y promover la armonía social. Por supuesto, siempre y cuando esta sea la intención. Si no, aplica el dicho: «Cada cual en su casa y Dios en la de todos.»


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Metamodernismo: Más allá de la Posmodernidad

El Metamodernismo es un concepto filosófico y cultural que se ha desarrollado en las últimas décadas como una respuesta a la Posmodernidad. Aunque no existe una definición única y definitiva del Metamodernismo, se puede entender como un intento de superar algunas de las limitaciones percibidas de la posmodernidad y reconciliar aspectos de la modernidad y la Posmodernidad en un nuevo marco. En lugar de rechazar por completo estas épocas, busca fusionar elementos de ambas. Esto implica una apreciación por la innovación y la deconstrucción posmoderna, junto con un deseo de construir narrativas significativas y buscar utopías personales y colectivas.

El Metamodernismo nos desafía a tejer nuestras propias narrativas en un mundo cada vez más diverso y complejo. A medida que enfrentamos incertidumbres y dilemas, las historias que creamos nos ayudan a dar sentido a nuestras experiencias. A través de la narrativa, exploramos nuestras propias identidades y buscamos un propósito en medio de la paradoja.

Aquí algunas características y conceptos clave asociados con el Metamodernismo:

• Oscilación:

El Metamodernismo se caracteriza por una oscilación entre diferentes enfoques, actitudes y valores. Los Metamodernistas tienden a abrazar la ambigüedad y la contradicción, reconociendo que la realidad es compleja y multidimensional.

• Ironía y sinceridad:

A diferencia de la Posmodernidad, que a menudo se enfoca en la ironía y el escepticismo, el Metamodernismo abraza tanto la ironía como la sinceridad. Los Metamodernistas pueden emplear la ironía para explorar temas complejos, pero también se permiten momentos de autenticidad y compromiso sincero.

• Narrativa y utopía:

El Metamodernismo a menudo se centra en la construcción de narrativas y la búsqueda de utopía, a pesar de reconocer la falta de un relato maestro universal. Los Metamodernistas buscan crear significado a través de historias personales y colectivas, incluso si esas historias son provisionales y cambiantes.

• Optimismo reflexivo:

Aunque el Metamodernismo reconoce las incertidumbres y desafíos de la vida moderna, también promueve un optimismo reflexivo. Los Metamodernistas creen en la posibilidad de un cambio positivo y la construcción de un mundo mejor, pero con una comprensión de que no hay soluciones simples o definitivas.

• Eclecticismo cultural:

El Metamodernismo abraza la diversidad cultural y la intertextualidad, incorporando elementos de diversas tradiciones culturales y filosóficas en su enfoque. Esto a menudo se refleja en la mezcla de estilos y géneros en el arte y la cultura Metamodernista.

Es importante destacar que el Metamodernismo es un concepto en evolución y ha sido discutido y definido de diversas maneras por diferentes pensadores y artistas. No existe una única teoría o definición universalmente aceptada, y su interpretación puede variar según el contexto y la disciplina en la que se aplique.


Antecedentes filosóficos: Breves apuntes

Modernidad: En busca de la Razón y el Progreso

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La Modernidad, que comenzó en el siglo XVII y se extendió hasta el siglo XIX, fuen una época marcada por la confianza en la razón y la búsqueda del progreso. Durante esta era, la ciencia, la tecnología y el pensamiento lógico se elevaron a nuevos niveles. Los pensadores como René Descartes y John Locke promovieron la idea de que la razón podía desentrañar los misterios del mundo.

Uno de los aspectos clave de la Modernidad fue la creencia en una verdad universal y la búsqueda de un conocimiento objetivo. La ciencia y la filosofía modernas buscaban respuestas definitivas, y la fe en el progreso humano era la norma. El movimiento ilustrado es un ejemplo destacado de este período, con su énfasis en la educación y el pensamiento crítico.


Posmodernidad: Desafiando las grandes narrativas

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A medida que avanzábamos hacia el siglo XX, surgieron nuevas perspectivas en la filosofía y la cultura. La Posmodernidad, que se desarrolló a lo largo del siglo XX, cuestionó muchas de las creencias de la Modernidad. Uno de los temas clave de esta era fue el escepticismo hacia las llamadas “grandes narrativas”. En otras palabras, la Posmodernidad nos hizo dudar de la existencia de una única verdad universal.

La ironía y la ambigüedad se convirtieron en características centrales de la Posmodernidad. El pensamiento posmoderno se basaba en la idea de que nuestras creencias y valores están moldeados por nuestra cultura y contexto, y no hay una verdad absoluta. Esto llevó a una explosión de la diversidad en el arte, la literatura y la cultura, donde no existía una manera “correcta” de expresarse.

Cada una de estas eras filosóficas, Modernidad, Posmodernidad y Metamodernidad ha dejado una huella en nuestra cultura y en la forma en que nos relacionamos con el mundo. Comprender estas perspectivas puede ayudarnos a apreciar la complejidad de la vida moderna y a navegar por las olas de la ambigüedad con optimismo reflexivo.

En última instancia, lo que todas estas eras comparten es un deseo de explorar, cuestionar y evolucionar. A medida que el viaje filosófico continua, es importante recordar que las perspectivas del pensamiento humano siempre están en constante cambio, y eso es que la filosofía sea tan fascinante.


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Ovnis a través de los siglos: Arte que desafía la imaginación.

A lo largo de la historia, las civilizaciones de todo el mundo han dejado huellas de su creatividad en forma de pinturas, grabados y escritos que nos han llegado hasta nuestros días. Entre estas obras de arte, se encuentran representaciones de naves voladoras que desafían la comprensión humana y que han dejado perplejos a los investigadores. Desde las pinturas rupestres wondjina en Australia hasta ilustraciones chinas del siglo XIX, estas representaciones evocan la posibilidad de encuentros con seres o tecnologías más allá de nuestro entendimiento. Se podrí decir, que todas las culturas en algún momento histórico han entrado en contacto con este fenómeno y es ingente la cantidad de testimonios y pruebas. A continuación, se mencionan unas cuantas.

Las pinturas rupestres  wondjina (170.000 AC): Misterios en la roca

Comenzamos nuestro viaje en el continente australiano, donde las pinturas rupestres wondjina en Kimberley, Australia Occidental, datan de hace aproximadamente 170.000 años. Estas representaciones de figuras humanoides con cabezas en forma de casco y ojos en blanco han llevado a especulaciones sobre la posibilidad de que los antiguos aborígenes australianos hubieran sido testigos de visitantes de otros mundos.

Las cavernas de Chhattisgarth y el valle de Narmanda: Encuentros en las profundidades de la India

En la India, las cavernas de Chhattisgarh y el valle de Narmanda, específicamente el refugio denominado Rajatole, contienen petroglifos y representaciones de seres y objetos voladores que se remontan a tiempos antiguos. Estas misteriosas imágenes insinúan la posibilidad de que las civilizaciones indias tuvieran contacto con seres o tecnologías avanzadas.

Petroglifos en Val Camonica (Italia): El enigma de las rocas talladas

En Italia, los petroglifos en Val Camonica nos muestran figuras humanas que parecen estar vinculadas a naves voladoras, planteando interrogantes sobre si las antiguas culturas mediterráneas podrían haber presenciado eventos inexplicables en el cielo.

Fuerte de Samaipata (Bolivia): Marcas en las alturas

En Bolivia, el Fuerte de Samaipata alberga representaciones talladas en la piedra que se asemejan a figuras humanas en poses inusuales y objetos que parecen volar en el aire. ¿Podrían estas creaciones tener una conexión con avistamientos históricos de naves voladoras en los cielos bolivianos?

Piedras de jade en cavernas de Puebla (México): Tesoros bajo tierra

En México, las piedras de jade talladas en las cavernas de Puebla cuentan historias de seres que pilotaban extrañas naves voladoras e interactuaban con los pobladores nativos. Estas representaciones en jade han dejado una marca duradera en la historia de la cultura mexicana.

Registros escritos y manuscritos: Del siglo XV al XIX

Más allá de las representaciones visuales, registros escritos como el libro “Annales Laurissenses Maiores”, el “Libro de los Prodigios” de Aldo Menuzio o “El Libro de las Buenas Costumbres” de Jacques Legrand, entre otros, han dejado constancia de avistamientos inexplicables en el cielo. Estos textos plantean interrogantes sobre la percepción y la interpretación de fenómenos aéreos en épocas pasadas.

Ilustraciones del libro “Annales Laurissenses Maiores”

Ilustración de «El libro de los Prodigios»

Ilustración del «Libro de las Buenas Costumbres»

El arte europeo: Pinturas y tapices

El arte europeo también ha dejado rastros de naves voladoras en obras como “La Madonna de San Giovannino” y “La Anunciación de San Emigdio” de Carlo Crivelli, así como en el tapiz “El triunfo del verano” de 1538. Estas representaciones sugieren que los artistas de la época podrían haber estado influenciados por avistamientos de objetos en el cielo.

Detalle de la pintura «La Madonna de San Giovannino»
Detalles de «La Anunciación de San Emigdio»
Tapiz «El triunfo del verano»

De Asia a Europa: Una conexión global

Finalmente, en ilustraciones chinas como “Llamas rojas en el cielo” de Wu Youru y en el relato del “Utsuro-bune” de Nagahashi Matajirou, se plantea la idea de que los encuentros con naves voladoras podrían haber sido una experiencia compartida a nivel global, transcendiendo fronteras culturales y temporales.

Imagen del «Utsuro-bune»

Estas representaciones artísticas y registros históricos nos invitan a cuestionar nuestra comprensión de la historia y a considerar la posibilidad de que los encuentros con naves voladoras hayan sido una parte constante de la experiencia humana a lo largo de los siglos. Ya sea como expresiones artísticas o registros escritos, estas evidencias nos instan a mantener la mente abierta ante los misterios que aún no comprendemos completamente.


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