Cómic, cuento, novelas, discos y un mito.

Ilustrar: Una vocación apasionante.

Entre todos los trabajos que he tenido que realizar a lo largo de mi carrera profesional es sin duda ilustrar lo que más he disfrutado. De hecho, mi vocación fue la de ilustrador, pero las exigencias de los clientes, demandó que me dedicara al diseño gráfico, al diseño editorial o a la dirección de arte. Aún así, tuve la oportunidad de hacer trabajos relacionados con la ilustración. Recuerdo esos tiempos de experimentar con la técnica de aerógrafo, aunque muy tóxica por las partículas de pintura en suspensión, fue altamente gratificante. Conseguir efectos fotográficos antes de la aparición del Photoshop, que ni estaba ni se le esperaba, era casi mágico. Todo sucedía antes de la era digital. Sí, uno tiene su edad. Tuve la oportunidad de ilustrar portadas de libros y de discos (el vinilo y el CD eran los formatos de la época). Aquí les dejo unos ejemplos de ilustración que he realizado desde que empecé a vivir en México y una selección de antiguos trabajos.


El cómic.

Con mi amigo Israel U. como guionista, realizamos esta espeluznante historia en formato de cómic. La técnica usada para ilustrar las viñetas fue mixta. Es decir, primero se dibujó a mano alzada cada viñeta, luego se escaneó, para luego, colorearlas digitalmente.


El cuento.

«Abby, la pintora de las nubes», es un delicioso cuento para niños de la escritora Carmen Salas (que firmó con el pseudónimo de Luisa Gerard), en que se relata la búsqueda del significado de la inspiración por parte de una curiosa niña y que tuve el honor de ilustrar bajo el pseudónimo de Joan Delasort por motivos que ahora, no vienen al caso.

El proceso creativo es igual al aplicado al cómic «Relicario» que hemos visto. Primero se dibujó a mano las páginas del cuento, se escanearon los dibujos y luego se trabajó el color con el programa Ilustrator. Puedes clicar en las imágenes para verlas ampliadas.


Las novelas.

Estas son algunas de las portadas de libro que hice para Círculo de Lectores, Grupo Berstelsmann. En este caso, algunas de las portadas están hechas con los método tradicionales de ilustración, sobretodo con aerógrafo (en aquella época, estaba totalmente entusiasmado con esta técnica) y otras, se realizaron usando las computadoras, cuya incipiente aparición supuso el descubrimiento de una nueva herramienta. Aunque en aquellos momentos estuvieran dotadas de lentos y prehistóricos programas de diseño, parecía que ya se tocaba el futuro con la punta de los dedos.


Los discos.

Estos trabajos tienen más de 30 años, los he querido incluir como muestra de cómo se trabajaba en los tiempos en que las computadoras todavía eran herramientas muy caras, con poca capacidad de renderización y no habían colonizado todas las áreas profesionales. Los recursos usados son totalmente analógicos. La profesión era deliciosamente artesanal.


El mito.

Esta obra, a pesar de ser un óleo sobre tela, montada en madera y que mide 107 x 143 cm., es la representación a manera de ilustración del El Popol Vuh, también conocido como Libro del Consejo, que es un libro que atesora gran parte de la sabiduría y muchas de las tradiciones de la cultura maya y narra las aventuras de los míticos héroes gemelos Hunahpú e Ixbalanqué. Me interesó representar los diferentes pasajes y momentos de la historia en una sola imagen, en que los héroes se enfrentan y derrotan a los Señores del inframundo maya, Xilbalbá.

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